viernes, 31 de marzo de 2017

GHOST IN THE SHELL: EL ALMA DE LA MÁQUINA

Durante la proyección de “Ghost in the Shell: El alma de la máquina”, me iba dando cuenta del escaso cine que contenían las imágenes que estaba viendo. Y es que en esta producción priman de tal manera el cómic y el videojuego que no queda espacio para el Séptimo Arte. Todo lo filmado destila en cuerpo y alma una naturaleza ajena a la cinematografía. En su origen, “Ghost in the Shell” es un manga de ciencia ficción creado por Masamune Shirow, seudónimo del dibujante japonés Masanori Ota, que recaló más tarde y con notable éxito en el universo paralelo de las videoconsolas. De hecho, ya ha presentado en cartelera cinco largometrajes previos y asimismo ha estrenado una serie televisiva. Por lo tanto, se trata de un producto que se exhibe a través de toda pantalla que tenga a su alcance y apoyado por un legión de fieles seguidores. 
Reconozco que, aunque soy aficionado a la ciencia ficción, ni esta propuesta en sí ni la historia que contiene me resultan atractivas. Percibo cuando una narración carece de componente literario o le falla la esencia para calificarla como película. En este concreto caso, asistí a una apabullante recreación visual futurista y a una cuidada escenografía, válida para la mayoría de videoclips musicales y de juegos de ordenador. Sin embargo, me pareció huérfana de una trama interesante, de personajes sugestivos y de dirección efectiva. No descarto que haga las delicias de los millones de aficionados que provienen de ese ámbito del cómic japonés por excelencia, ni de quienes pasan horas y horas con el mando de la Play Station en la mano. Pero, desde luego para un cinéfilo, el proyecto resulta artificial y prefabricado. 
El realizador Rupert Sanders, que debutó en la dirección con “Blancanieves y la leyenda del cazador” (superproducción con un presupuesto de ciento setenta millones de dólares que no se logró recuperar en el mercado anglosajón, aunque la taquilla internacional salvó in extremis la inversión), es el responsable de esta cinta de similar presupuesto, que nace con la intención de convertirse en una trilogía. Una vez más, se impone la visión del cine como industria, muy alejado de su imprescindible vertiente artística y creativa. 
Una agente especial cyborg, mitad humana y mitad máquina, lidera un grupo de élite cuyo objetivo se centra en llevar a cabo operaciones encubiertas dentro de la Comisión Nacional de Seguridad que lucha contra el ciberterrorismo y los crímenes tecnológicos. Entrenada para detener a los criminales y extremistas más peligrosos, se enfrentará a un fanático 'hacker' cuya única misión consiste en acabar con los avances de la tecnología cibernética. Para hallar al misterioso informático, la agente cyborg pronto se verá inmersa en una serie de intrigas políticas y de secretos de Estado. 
La estética de algunas secuencias, cercana a la obra maestra de Ridley Scott “Blade Runner”, no pasa de ser un breve espejismo, pequeñas referencias visuales sin mayor recorrido. En mi opinión, es más asimilable a títulos como “Aeon Flux”, protagonizado en 2005 por la actriz Charlize Theron. La enésima muestra de esa artificialidad que contamina los trabajos que pretenden venderse como cine. 
Scarlett Johansson y Juliette Binoche encabezan el reparto del film, si bien ignoro cómo consiguieron involucrarlas para participar en un rodaje como este. La primera se está especializando en los últimos tiempos en dar vida a supuestas heroínas, sumando apariciones en las sagas de “Capitán América”, “Los vengadores” y “Ironman”. Comienzan a quedar muy atrás sus interesantes y meritorias interpretaciones en “Match Point”, “Lost in Translation” o “La joven de la perla”. Creo que debería reconsiderar con urgencia el rumbo de su carrera. En el caso de Juliette Binoche, sus actuaciones en “Tres colores: Azul”, “El paciente inglés” y “Herida” le disculpan de cualquier desliz posterior. Lo que es evidente es que ni una ni otra deberían volver a implicarse en esta clase de largometrajes.

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Datos del film

Título original: Ghost in the Shell
Año: 2017
Duración: 120 min.
País: Estados Unidos
Director: Rupert Sanders
Guion: William Wheeler (Manga: Masamune Shirow)
Música: Clint Mansell
Fotografía: Jess Hall
Reparto: Scarlett Johansson, Michael Pitt, Juliette Binoche, Michael Wincott, Pilou Asbæk, Takeshi Kitano, Christopher Obi, Joseph Naufahu, Chin Han, Kaori Momoi, Yutaka Izumihara, Tawanda Manyimo, Lasarus Ratuere, Danusia Samal, Rila Fukushima

martes, 28 de marzo de 2017

VANGELIS

El afamado músico y compositor de bandas sonoras Evangelos Odysseas Papathanassiou, más conocido como Vangelis, nació en la ciudad griega de Volos el 29 de marzo de 1943.

Son muy célebres sus composiciones para “Carros de fuego” (1981), de Hugh Hudson (por la que ganó un Oscar), “Desaparecido”, de Costa-Gavras (1982), “Blade Runner”, de Ridley Scott (1982), “El año que vivimos peligrosamente”, de Peter Weir (1982) y “1492: La conquista del paraíso”, de nuevo con Ridley Scott (1992). 

Su música se caracteriza por el uso de sintetizadores y, ocasionalmente, de instrumentos acústicos, para crear atmósferas de un sonido envolvente, en un tono generalmente grandioso y solemne. No es sencillo enmarcarla dentro de un género en  concreto, aunque es habitual incluirla en las filas de las llamadas Nuevas Músicas o en el clásico contemporáneo.

En cualquier caso, la diversidad y complejidad de la obra contenida en su discografía hace difícil su catalogación como artista puramente New Age, ya que incluso es considerado uno de los pioneros de la vanguardia de la música electrónica nacida a mediados de los años 1970. 

En los últimos años su aportación al cine ha sido escasa, pudiendo mencionarse su colaboración en la cinta “Alejandro Magno”, de Oliver Stone (2004).


Música para "Blade Runner"



Música para "Carros de fuego"


viernes, 24 de marzo de 2017

LA CURA DEL BIENESTAR (A Cure for Wellness)

Con el paso del tiempo, Gore Verbinski va dando muestras de su mediocridad como director. Reconozco que me divierte ver a Brad Pitt en muchas escenas de “The Mexican”. También estoy dispuesto a admitir que la primera entrega de “Piratas del Caribe” funciona como cine de aventuras. Pero, salvo esas dos pinceladas, el resto de su filmografía me parece poco recomendable y, en algunas ocasiones, incluso decadente. De hecho, alargó indebidamente la “saga pirata”, llegando a veces al esperpento y, en general, su forma de combinar comedia y acción, o terror e intriga, termina por resultar poco efectiva, reflejando más carencias que habilidades. 
Ahora estrena su último trabajo, “La cura del bienestar”, con el que pretende retornar al terror, género que ya probó al copiar “Ringu”, cinta del realizador japonés Hideo Nakata. Y, si bien “The Ring” poseía algunos méritos, lo cierto es que en su mayor parte eran heredados de su predecesora. Ahora, sin embargo, en ausencia de referencias previas, parece perdido y transmite esa sensación a través de esta proyección huérfana de ingenio. Con un excesivo metraje (casi dos horas y media son manifiestamente desproporcionadas), trata sin éxito de enlazar una trama de suspense a base de giros sorpresivos en el guion y de técnicas muy manidas. Además, lo enrevesado del planteamiento no sirve para esconder un caos narrativo que se evidencia en la forma de filmar la película. Parece que las dudas sobre cómo contar el relato (en realidad, qué contar) se trasladan a la pantalla y son la causa de tan inapropiada duración, como si la grabación de secuencias, una tras otra, en busca de ese motor que logre hacer funcionar el largometraje, se le hubiera ido al director de las manos.
Un joven y ambicioso ejecutivo se ve obligado a viajar a un remoto lugar de los Alpes suizos para traer de vuelta al director de su compañía, que se encuentra internado en una especie de balneario. Dicho centro terapéutico, idílico a primera vista, pronto se torna misterioso. Entonces el protagonista se dará cuenta de lo sencillo que resulta entrar él pero de lo complicado que le será salir. Los milagrosos tratamientos de tan peculiar spa no son lo que parecen. Su cordura se pondrá a prueba cuando comience a desentrañar los secretos que allí se ocultan y sea diagnosticado de la misma extraña enfermedad que mantiene a los pacientes a la espera de una cura. 
La aparente estética siniestra y las habituales fórmulas cinematográficas para generar intriga y tensión funcionan sólo parcialmente y durante un breve tramo de la proyección. A medida que pasan los minutos, las expectativas iniciales se quedan en eso, en meras esperanzas frustradas de disfrutar de un interesante thriller. El guion se termina perdiendo en su propio laberinto y lo que provoca no es tanto miedo o suspense, como incredulidad ante la falta de consistencia de los personajes y del argumento. Esta confusión se ha manifestado en la escasa acogida que la producción ha obtenido a nivel de taquilla. Con un presupuesto de cuarenta millones de dólares, apenas ha recaudado ocho en el mercado norteamericano. 
Entre los actores que integran el reparto, desconocidos para el gran público, figura Dane DeHaan, con algunas apariciones en la meritoria “Sin ley”, de John Hillcoat y en la popular “The Amazing Spider-Man 2”. También intervienen Jason Isaacs, un habitual de series televisivas que ha participado en “Black Hawk derribado” o “El patriota”, y Mia Goth (“Everest”, “Nymphomaniac: Volumen 2”).

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Datos del film

Título original: A Cure for Wellness
Año: 2017
Duración: 156 min.
País: Estados Unidos
Director: Gore Verbinski
Guion: Justin Haythe, Gore Verbinski
Música: Benjamin Wallfisch
Fotografía: Bojan Bazelli
Reparto: Dane DeHaan, Jason Isaacs, Mia Goth, Susanne Wuest, Celia Imrie, Lisa Banes, Adrian Schiller, Ivo Nandi, Natalia Bobrich, Johannes Krisch, Jason Babinsky, Judith Hoersch, Jeff Burrell, Eric Todd, Godehard Giese, Craig Wroe

martes, 21 de marzo de 2017

REESE WITHERSPOON

Reese Witherspoon nació el 22 de marzo de 1976 en Nueva Orleans. Actriz y productora de cine, cuenta en su haber con un Oscar, un Globo de Oro, un BAFTA y un premio del Sindicato de Actores.

Debutó profesionalmente en su adolescencia con la película “Un verano en Louisiana” (1991), dirigida por el gran cineasta Robert Mulligan. 

Tras aparecer en varios episodios de la serie de televisión “Friends” y protagonizar la miniserie “Return To Lonesome Dove”, la joven fue asentándose poco a poco en Hollywood, participando en cintas como  “Sin salida” (1996), por la que consiguió el premio a la mejor actriz en el Festival de Sitges, “Pasión obsesiva” (1996), de James Foley, “Al caer el sol” (1998), del célebre Robert Benton o “Pleasantville” (1998), de Gary Ross. 

A finales de los noventa consiguió fama internacional gracias a su interpretación en “Crueles intenciones” (1999), film co-protagonizado por Ryan Phillippe y Sarah Michelle Gellar. El mismo año brilló en “Election” (1999), con el protagonismo masculino de Matthew Broderick, y por cuyo trabajo fue nominada al Globo de Oro. Más tarde intervino en “American Psycho” (2000), adaptación de la novela de Bret Easton Ellis, acompañada de Christian Bale. 

En 2002 estrenó “Sweet Home Alabama”, de Andy Tennant. Por su papel en “En la cuerda floja (Walk the Line)” (2005), biopic de Johnny Cash, fue galardonada con la estatuilla dorada y el Globo de Oro. En “Expediente Anwar” (2007) dio vida a una mujer en busca de su marido egipcio que, tras convertirse en sospechoso de un atentado terrorista, desaparece en un vuelo que enlaza Sudáfrica con Estados Unidos. 

En “Agua para elefantes” (2011), drama romántico ambientado en el mundo del circo, formó pareja con Robert Pattinson. En “La buena mentira” (2014) se puso en la piel de una trabajadora social que asiste a refugiados sudaneses. También intervino en “Wild” (2014), sobre la historia de Cheryl Strayed, una mujer que intenta dejar atrás un complicado pasado, y en “Puro vicio” (2014), de Paul Thomas Anderson.


Escena de "Un verano en Louisiana"




Escena de "En la cuerda floja"



viernes, 17 de marzo de 2017

LA BELLA Y LA BESTIA (Beauty and the Beast)

La semana pasada comencé mi crítica cinematográfica interpelándome sobre si era necesario rodar una nueva película sobre King Kong. Siete días después vuelvo a formularme la misma pregunta sobre “La bella y la bestia”. Ya han transcurrido veintiséis años desde el estreno de la cinta de animación de Walt Disney, que sin duda marcó un hito en la Historia del Séptimo Arte al convertirse en el primer largometraje de dibujos animados nominado al Oscar a la mejor película, revitalizando el género musical y encandilando a millones de espectadores en todo el mundo. Obtuvo dos premios de la Academia de Hollywood y tres Globos de Oro (entre ellos, el de mejor película en el apartado de comedia o musical), y recaudó más de cuatrocientos veinte millones de dólares con una inversión de apenas veinticinco, dejando muy alto el listón de la calidad y el éxito. En 2014 el realizador francés Christophe Gans trasladó el cuento a la gran pantalla pero, en esa ocasión, con personajes reales. La actriz gala Léa Seydoux, tras saltar a la fama con “La vida de Adèle” y justo antes de convertirse en Chica Bond, interpretó el papel principal. Y ahora, el proyecto que llega a las carteleras se ha centrado en mezclar imágenes reales y animadas por ordenador para contar exactamente lo mismo, aunque es justo reconocerle numerosos méritos (si bien, en su mayor parte, heredados o prestados por su predecesora). 
Se trata de un bello y preciso espectáculo visual, con una notable de dosis de homenaje nostálgico y tan sólo una pizca de reinvención. La narración funciona y, para quienes se deleitaron con el clásico de principios de los noventa, puede resultar una interesante forma de revivir sus sentimientos de entonces. Para ese sector de público que no conoce la versión de 1991, descubrirán una obra bien hecha y al servicio de este cuento de hadas. Pero que nadie se lleve a engaño porque, mientras la visión de Disney se traducía en una fábula para niños y no tan niños, la presente readaptación está salpicada por algún toque más feminista y por alguna referencia homosexual, pero como matices secundarios. En otras palabras, por mucho que se quiera promocionar como innovadora, se trata de una revisión que hereda de su antecesora bastante más de lo que inventa. 
Su director es Bill Condon, cineasta solvente y eficaz, muy habilidoso con el musical (fue el realizador de “Dreamgirls” y el guionista de “Chicago”), pero que también ha llevado a cabo algunas incursiones interesantes en el drama (“Dioses y monstruos”, “Mr. Holmes”). Aun así, yo no dejo de preguntarme qué motivos impulsan a un artista de su categoría a embarcarse en un rodaje destinado a la reiteración y sin apenas margen de mejora. Su elevada inversión (más de ciento sesenta millones de dólares) y su prolongado metraje (superior a dos horas) hacen presagiar que sólo podrá superar al clásico de Gary Trousdale y Kirk Wise en algunas cuestiones anecdóticas. 
Una joven soñadora y romántica llamada Bella vive en una pequeña aldea junto a su padre, un inventor de artilugios considerado por muchos de sus paisanos un anciano demente. Un día, el hombre viaja a una feria para exponer sus inventos pero se pierde en el camino, acabando en un viejo y misterioso castillo. Buscando cobijo y lugar donde pasar la noche, descubre que el dueño del palacio es una horrible bestia. Esta, cuando se percata de la presencia del intruso, le encierra entre rejas. Su hija sale en su rescate y lo encuentra, proponiendo al carcelero intercambiarse por él a cambio de que le deje en libertad. 
Emma Watson, la célebre Hermione Granger de la saga de Harry Potter, es la protagonista. En su filmografía figuran también las interesantes “Mi semana con Marilyn” y “Las ventajas de ser un marginado”. Le acompañan en el reparto Ian McKellen (un habitual de Bill Condon) y los populares Emma Thompson y Ewan McGregor.

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Datos del film
Título original: Beauty and the Beast
Año: 2017
Duración: 123 min.
País: Estados Unidos
Director: Bill Condon
Guion: Stephen Chbosky (Novela: Jeanne-Marie Leprince de Beaumont)
Música: Alan Menken
Fotografía: Tobias A. Schliessler
Reparto: Emma Watson, Dan Stevens, Luke Evans, Emma Thompson, Ewan McGregor, Ian McKellen, Kevin Kline, Josh Gad, Audra McDonald, Gugu Mbatha-Raw, Stanley Tucci, Hattie Morahan, Adrian Schiller, Chris Andrew Mellon

jueves, 16 de marzo de 2017

FESTIVAL DE CINE DE MÁLAGA 2017

El Festival de Málaga se reinventa en su vigésima edición. Por un lado, se abre a todo el cine producido en español, es decir, amplía sus fronteras a Latinoamérica.  Y, en segundo lugar, refuerza como nunca la parte industrial del certamen. 


En la sección oficial se exhibirán un total de 23 películas, 17 de ellas a concurso. De las cintas que competirán por sus conocidas Biznagas, nueve son de producción española y ocho iberoamericana. Entre ellas no figuran sólo títulos en castellano, sino que existe uno rodado en catalán (‘Brava’, de Roser Aguilar), otro en inglés (‘Maniac Tales’) y un largometraje en portugués (la brasileña ‘Redemoinho’, de Jose Luiz Villamarim). 





SECCIÓN OFICIAL 

• Amar, Esteban Crespo 
• Brava (VOSE), Roser Aguilar 
• El bar, Alex de la Iglesia. Sesión inaugural. Fuera de concurso
• El candidato, Daniel Hendler 
• El intercambio, Ignacio Nacho. Fuera de concurso 
• El jugador de ajedrez, Luis Oliveros 
• El otro hermano, Adrian Caetano 
• Gilda, no me arrepiento de este amor, Lorena Munoz. Fuera de concurso 
• La memoria de mi padre, Rodrigo Bacigalupe Lazo 
• La mujer del animal, Victor Gaviria 
• La niebla y la doncella, Andres M. Koppel 
• Maniac Tales, Kike Mesa. Fuera de concurso 
• Me estás matando Susana, Roberto Sneider 
• Me casé con un boludo, Juan Taratuto. Fuera de concurso 
• Nieve negra, Martin Hodara 
• No sé decir adiós, Lino Escalera 
• Pieles, Eduardo Casanova 
• Plan de fuga, Iñaki Dorronsoro 
• Redemoinho (VOSE), Jose Luiz Villamarim 
• Selfie, Victor García Leon 
• Señor, dame paciencia, Alvaro Díaz Lorenzo. Sesión de clausura. Fuera de concurso 
• Últimos días en La Habana, Fernando Pérez 
• Verano 1993 (VOSE), Carla Simon 

Se incluyen por primera vez en esta sección dos films malagueños, "El intercambio" de Ignacio Nacho y "Maniac Tales" de Kike Mesa, si bien fuera de competición. "El bar" de Álex de la Iglesia, inaugurará el evento el día 17 de marzo. La gala de clausura del 26 de marzo será presentada por la cantante también malagueña Diana Navarro. Esa misma jornada tendrá lugar el habitual maratón con los trabajos premiados en esta presente edición.

martes, 14 de marzo de 2017

DAVID CRONENBERG

El cineasta David Cronenberg nació en la ciudad canadiense de Toronto el 15 de marzo de 1943. Director y guionista (a quien, junto a John Carpenter y Wes Craven, se le ha integrado dentro de un grupo denominado de "las tres C" del género de horror contemporáneo) fue nombrado en 2002 Oficial de la Orden de Canadá. 
Debutó como realizador de largometrajes con “Stereo” (1969), una cinta experimental de ciencia ficción con muy bajo presupuesto, convertida actualmente en pieza de culto. 
Su revelación cinematográfica internacional tuvo lugar con “Vinieron de dentro de…” (1975), un film que mezclaba terror, ciencia-ficción y sátira, producido por Ivan Reitman. Más tarde estrenó con Marilyn Chambers “Rabia” (1977), de nuevo con Reitman en las labores de producción. Concluyó la década de los setenta rodando “Cromosoma 3” (1979), un thriller psicológico protagonizado por Oliver Reed y Samantha Eggar. 

En los años ochenta dirigió “Scanners” (1981), con Jennifer O’Neill y Michael Ironside en el reparto, “Videodrome” (1983), con James Woods y Deborah Harry, “La zona muerta” (1983) con Christopher Walken  y “La mosca” (1986), uno de sus mayores éxitos comerciales, con Jeff Goldblum y Geena Davis al frente del elenco. También se debe destacar otro de sus títulos, “Inseparables” (1988), con el británico Jeremy Irons dando vida a dos inquietantes  hermanos gemelos. 

Ya en los noventa rueda “El almuerzo desnudo” (1991) y repite con Irons en el drama romántico “M. Butterfly” (1993), despidiendo el siglo con “Existenz” (1999), junto a Jude Law y Jennifer Jason Leigh. 

El nuevo milenio supuso, a mi juicio, la mejor etapa creativa de Cronenberg, en la que filmó sus tres trabajos más sobresalientes: “Una historia de violencia” (2005), con Vigo Mortensen, Maria Bello y Ed Harris, “Promesas del Este” (2007), con Naomi Watts y, otra vez, con Mortensen, y “Un método peligroso” (2011), con Keira Knightley y Michael Fassbender. 

Sus últimos proyectos han sido “Cosmopolis” (2012), con Robert Pattinson y la sátira ambientada en Hollywood “Maps to the Stars” (2014).



Escena de "Un método peligroso"





Escena de "Una historia de violencia"



viernes, 10 de marzo de 2017

KONG: LA ISLA CALAVERA (Kong: Skull Island)

¿Realmente había alguna necesidad de rodar otra película sobre King Kong? Con sinceridad, creo que en absoluto. Desde el clásico de 1933, siguiendo con el popular largometraje interpretado por Jeff Bridges y Jessica Lange en el año 76, y terminando hace una década con la cinta de Peter Jackson (2005), el célebre gorila ha sido protagonista de varias aventuras en la gran pantalla. A los anteriores títulos se debe sumar, además, alguna que otra secuela y producción de “serie B”, reunidos en un muestrario que había extraído totalmente el jugo a tan pintoresco personaje de ficción. La trama original de acción incluía aspectos más dramáticos, incluso románticos, con la intención de ofrecer al público un tipo de espectáculo y una dosis de entretenimiento interesantes. 
En esta ocasión se ha pretendido desempolvar la figura icónica de este animal monstruoso para filmar una nueva superproducción cuyo escalofriante presupuesto roza los doscientos millones de dólares. Sin embargo, más allá de su evidente progreso técnico y de algunas secuencias basadas en la espectacularidad visual, poco o nada tiene que ofrecer a los espectadores de las anteriores versiones del relato. Tal vez quienes acudan a las salas de proyección ajenos al visionado de sus predecesoras se dejen arrastrar por el atractivo de una impactante puesta en escena, un ritmo ágil y una narración hábil. Porque, desde luego, “Kong: La isla Calavera” se sostiene sobre el desenfreno y la intensidad, prescindiendo de otros condicionantes más dramáticos. “No fueron los aviones. La belleza mató a la bestia", reza una de las antiguas frases míticas sobre King Kong. Lástima que en este reciente estreno no exista belleza, sino sólo una enorme energía y una apabullante exhibición de avances técnológicos.
Jordan Vogt-Roberts, un habitual de las series de televisión, es el realizador, si bien contaba únicamente en su haber con un largometraje. Así, las mareantes cifras económicas puestas a su disposición contrastan con su corta trayectoria en la industria cinematográfica. Desde luego, muy elevada va a tener que ser su recaudación para compensar semejante dispendio desembolsado para mayor gloria de un trabajo huérfano de un mínimo componente artístico. 
En cierto modo, su apariencia es muy similar a la moderna reinvención de la saga “Jurassic Park” en “Jurassic World”. Como si de un parque de atracciones se tratase y el espectador subiera a una montaña rusa, el director le conduce a lo largo de dos horas por un torbellino de sensaciones fuertes. No cabe duda de que domina las claves del show y el terreno de los efectos especiales. Y, si el propósito era brindar un producto apto para una tarde de palomitas, se ha logrado con creces. No obstante, considero que las anteriores muestras de las desventuras del primate aportaban mayor contenido que el de un simple, aunque llamativo, envoltorio. 
Un grupo de viajeros de lo más dispar viaja a una misteriosa isla del Pacífico que ni siquiera figura en los mapas. Al adentrarse en el traicionero islote, los exploradores encontrarán a un gorila gigante e invadirán sus dominios, sin sospechar que no se trata del único ser peligroso habita en el recóndito lugar. 
El elenco de profesionales de primer nivel está compuesto por el versátil y prolífico Samuel L. Jackson, el solvente y entrañable John Goodman, el efectivo John C. Reilly y la oscarizada Brie Larson, que se encargan de arropar a su desconocido protagonista, Tom Hiddleston, ganador del Globo de Oro por su participación en la televisiva “El infiltrado”. Todos ellos interpretan unos papeles secundarios por debajo de su verdadera capacidad, ya que el principal pilar del megaproyecto no es otro que King Kong. Confiemos en que este no sea el inicio de otra interminable saga.

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Datos del film
Título original: Kong: Skull Island
Año: 2017
Duración: 120 min.
País: Estados Unidos
Director: Jordan Vogt-Roberts
Guion: Dan Gilroy, Max Borenstein
Música: Henry Jackman
Fotografía: Larry Fong
Reparto: Tom Hiddleston, Brie Larson, Samuel L. Jackson, John Goodman, John C. Reilly, Toby Kebbell, Thomas Mann, Corey Hawkins, Jason Mitchell, Shea Whigham, John Ortiz, Eugene Cordero

martes, 7 de marzo de 2017

40 ANIVERSARIO DEL ESTRENO DE "ANNIE HALL" (40th anniversary of the premiere of "Annie Hall")

La película “Annie Hall” se estrenó en marzo de 1977, de modo que se cumple ahora el 40 aniversario de su llegada a las pantallas de todo el mundo. Se trata de uno de los títulos más célebres y emblemáticos del popular cineasta Woody Allen, que obtuvo cuatro Oscars de Hollywood (película, director, actriz principal y guión original), además de una nominación a mejor actor principal para el propio Allen. 

Comedia romántica protagonizada por Diane Keaton y el citado Woody Allen, cuenta con un guión que ha sido imitado, parodiado y homenajeado a lo largo de las últimas décadas y en el que su autor se permite el lujo de jugar con las reglas cinematográficas clásicas, puesto que sus personajes hablan directamente a la cámara.

Destacan también en ella las interpretaciones del músico Paul Simon (integrante del dúo folk Simon & Garfunkel) y de un joven Christopher Walken, que un año después ganaría la estatuilla dorada gracias a su personaje en la excelente “El cazador”, de Michael Cimino. Asimismo, forman parte del elenco jóvenes promesas por aquel entonces, como Shelley Duvall, Jeff Goldblum o Sigourney Weaver. 

Cuenta la historia de Alvy Singer, un cuarentón bastante neurótico que trabaja como humorista en clubs nocturnos. Tras romper con Annie, reflexiona sobre su vida, rememorando sus amores, sus matrimonios y sobre todo, su relación con ella. Al final, llega a la conclusión de que son sus manías y obsesiones las que siempre acaban arruinando sus relaciones con las mujeres. 

En 2015 el Sindicato de Guionistas de Estados Unidos eligió el guión de "Annie Hall" como el más divertido de todos los tiempos.

 Algunas escenas de la película









viernes, 3 de marzo de 2017

LOGAN

La saga cinematográfica basada en el cómic de los X-Men es una de las más prolíficas de los últimos tiempos. Hasta nueve entregas de las aventuras de los mutantes han llegado ya a las carteleras de todo el mundo, con una destacada aceptación de público y crítica. Aunque no todos los títulos mantienen el mismo nivel de calidad, sí puede concluirse que comparten la misma corrección técnica y una manifiesta tendencia hacia unas tramas donde la dramatización y el planteamiento de determinados debates políticos van de la mano con el puro entretenimiento y el espectáculo visual. Tanto películas como personajes han madurado, resultando cada vez más acusadas sus vertientes reflexivas y contemplativas, pese a su apariencia de historietas juveniles. De entre todos los miembros, Lobezno ha cobrado un especial protagonismo al contar con sus propios largometrajes. “Logan” cierra una trilogía sobre este curioso espécimen de lobo con garras de acero, que se engarza y se mezcla con el resto de títulos de la factoría nacida hace ya diecisiete años. 
Este film presenta un marcado estilo crepuscular, dramático y tenebroso. Aderezado con efectos especiales y con algunas secuencias de acción, muestra su propensión hacia la mezcla de géneros. No se trata de una típica cinta de aventuras o superhéroes. En realidad, salvo el primero, ninguno de los largometrajes que componen este peculiar serial lo son. Pero, en esta última entrega, se aprecia con especial insistencia. A través de escenas pausadas, en ocasiones incluso tediosas, aspira a conectar con un cierto espíritu contemplativo, en principio, antagónico con su naturaleza. 
Esta visión tiene mucho que ver con su director, James Mangold, cuyo segundo trabajo (“Copland”, protagonizado por Sylvester Stallone), también constituía una propuesta alejada del thriller y la intriga, pese a lo que se deducía del guion y del proyecto en su conjunto. Su mejor obra, “El tren de las 3:10”, también es buena prueba de ello. Siguiendo dicha línea, se aleja voluntariamente de ese cine tradicional con origen en el cómic que suele trasladarse a la gran pantalla. Persiste, pues, el permanente objetivo de trascender al mero divertimento, apostando por una película introspectiva. Tal vez por esa razón muchos espectadores puedan sentirse defraudados, al menos si lo que pretenden obtener son grandes dosis de adrenalina ante un metraje pleno de ritmo que les deje sin aliento. En tal caso, esta no es su opción. Por el contrario, si buscan una alternativa más taciturna y meditada, saldrán plenamente satisfechos de la proyección. 
En un mundo oscuro y desolador, los mutantes o han desaparecido o se enfrentan ya la vejez. Lobezno, preso de remordimientos, vaga perdido. Su mentor, el Profesor Charles Xavier, se encuentra muy débil. Ante semejante panorama, ambos conocerán a una joven perseguida, un clon femenino de la misma especie del hombre-lobo. Desde ese momento, ambos tratarán de protegerla y, de paso, redimirse. 
El actor australiano Hugh Jackman da vida de nuevo a Logan, un personaje que ha marcado su carrera profesional, si bien son asimismo destacables sus papeles en “Prisioneros” o “Los miserables”. Su trabajo, como sucede con los anteriores, vuelve a ser correcto y efectivo. Le acompañan Patrick Stewart, otro habitual de los X-Men que también ha participado en algunas entregas de “Star Trek”, y Richard E. Grant, eficaz secundario de películas tan notables como “Drácula de Bram Stoker”, “El juego de Hollywood” o “La edad de la inocencia”. Junto a ellos debuta la niña Dafne Keen, que hasta ahora tan sólo había aparecido en la serie de televisión “Refugiados”.

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Datos del film

Título original: Logan
Año: 2017
Duración: 135 min.
Director: James Mangold
Guion: David James Kelly (Cómic: Mark Millar, Steve McNiven)
Música: Cliff Martinez
Fotografía: John Mathieson
Reparto: Hugh Jackman, Patrick Stewart, Boyd Holbrook, Dafne Keen, Stephen Merchant, Doris Morgado, Richard E. Grant, Han Soto, Elizabeth Rodriguez, Julia Holt