viernes, 5 de abril de 2013

EFECTOS SECUNDARIOS (Side Effects)


El cineasta norteamericano Steven Soderbergh es considerado un auténtico todoterreno dentro de la industria del Séptimo Arte. Realiza, produce, escribe y se atreve en ocasiones -bajo el seudónimo de Peter Andrews- como director de fotografía. Referente indiscutible del denominado cine independiente, participa asimismo en destacados proyectos financiados por las grandes productoras hollywoodienses y aúna reconocimientos y galardones, tanto por sus filmes más minoritarios como por otros plagados de estrellas, que se traducen en enormes éxitos de taquilla. Es tan capaz de rodar una cinta de claros tintes reivindicativos y políticos como otra de puro y simple entretenimiento. En su filmografía coexisten obras maestras como Traffic (ganadora de cuatro Oscar, incluido uno para el propio Soderbergh como mejor director), títulos muy notables como Sexo, mentiras y cintas de video (por la que logró otra nominación a los premios de la Academia de Hollywood y varios premios en el festival de Cannes) e interesantes producciones como Solaris o Un romance muy peligroso. Y, aunque también es responsable de otros proyectos de inferior calidad, ello no empaña su apuesta por el riesgo y sus patentes intentos de originalidad cuando se enfrenta a nuevas propuestas. 

No obstante, es cierto que en los últimos años su filmografía manifiesta un evidente declive. Pese a que “Contagio” me pareció un film atractivo, la narración de sus largometrajes ha perdido parte de frescura y aquel toque especial que les otorgaba cierta trascendencia. “Efectos secundarios” pretende ser un thriller con todos los elementos característicos del género -un crimen, un complot contra un inocente, relaciones sentimentales como telón de fondo- pero se le ha privado de emoción y de intriga. Rodado como si fuera un documental, la obsesión de Soderbergh por prescindir en él de las reglas básicas de la filmación puede que haya aportado mayor verosimilitud a la historia, pero a costa de dejar por el camino el entretenimiento y el mínimo de suspense y de tensión que exige cualquier aficionado a esta clase de tramas. El resultado es una cinta de difícil clasificación que en modo alguno responderá a las expectativas de quienes quieran disfrutar de un thriller entendido como tal. 
Uno de sus principales problemas estriba en la tardanza en centrar el argumento que da sentido a la acción. Los treinta primeros minutos presentan una excesiva y anodina introducción de los personajes, lo que hace decrecer el interés de los espectadores por el resto del metraje. Cuando finalmente se vislumbra el meollo de la historia, se frena esa caída en picado motivada por la falta de alicientes y logra remontar el vuelo, pero sin llegar al necesario nivel de suspense exigible para obtener una buena calificación. 
Forman parte del reparto algunos actores muy populares, como el siempre eficiente y carismático Jude Law, la cada vez más desubicada Catherine Zeta Jones y la prometedora Rooney Mara –en cuyo currículum figuran “La red social” o la versión americana de “Los hombre que no amaban a las mujeres”, entre otras-. Todos ellos cumplen su cometido con corrección, si bien no pueden evitar verse arrastrados por ese tono monótono y pausado impuesto por el realizador.

Trailer en español


Trailer en versión original


Datos del film:
Película: Efectos secundarios. Título original: Side effects.
Dirección: Steven Soderbergh.
País: USA. Año: 2013. Duración: 106 min. Género: Thriller.
Interpretación: Channing Tatum (Martin Taylor), Rooney Mara (Emily Taylor), Jude Law (Dr. Jonathan Banks), Catherine Zeta-Jones (Dra. Victoria Siebert), Vinessa Shaw (Dierdre Banks).
Guion: Scott Z. Burns.
Producción: Scott Z. Burns, Lorenzo di Bonaventura y Gregory Jacobs.
Música: Thomas Newman.
Fotografía: Peter Andrews.
Montaje: Mary Ann Bernard.
Diseño de producción: Howard Cummings.
Vestuario: Susan Lyall.

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