viernes, 17 de junio de 2011

HANNA



El cine británico ha encontrado en Joe Wright a un prometedor director que, a buen seguro, engrandecerá la cinematografía de la que es originario. Sin haber cumplido los cuarenta años, ya ha estrenado buenas películas, alguna de ellas incluso de calidad sobresaliente. Con Orgullo y prejuicio demostró que dominaba a la perfección el género de época -muy representativo del cine inglés- y que, pese a tratarse de su debut en la gran pantalla, no se amilanaba con la adaptación literaria de una escritora de culto como Jane Austen. Pero fue sobre todo en el año 2007 cuando encandiló a crítica y público con su mejor trabajo, Expiación, galardonado con el BAFTA y el Globo de Oro al mejor film del año, y recibiendo asimismo siete nominaciones a los Oscar. Después de dirigir El solista, largometraje que pasó más desapercibido por las carteleras, presenta ahora Hanna, su primera incursión en el cine de acción.
Wright posee una gran habilidad para plasmar en imágenes dramatizaciones intensas de la mano de interesantes personajes y en este campo se mueve con soltura y brillantez. Además, su peculiar estilo visual facilita que sus proyectos resulten originales en cuanto a la presentación y al planteamiento de las historias. En ningún caso se les puede acusar a sus cintas de no aportar nada nuevo o de carecer de estilo propio, como tampoco se les puede calificar de productos prefabricados en serie susceptibles de llevar otra firma distinta de la de su realizador. En este sentido, siempre es un acierto acudir a las salas a contemplar cualquiera de sus obras. Dicho esto, hay que reconocer que, en el género de acción, manifiesta ciertas carencias que, si bien no restan interés al resultado final, provocan que en el caso de Hanna rebaje el nivel de sus predecesoras, principalmente en lo relativo a las escenas de peleas y enfrentamientos, que resultan deslucidas y, hasta cierto punto, poco creíbles. Por ello, agradará más a los aficionados al drama que a aquellos que vayan buscando acción en estado puro.
La trama se centra en una adolescente, educada para ser una asesina implacable que, al toparse cara a cara con el sistema que la ha creado y descubrir sus orígenes, termina por enfrentarse él. La protagonista es Saoirse Ronan, una de las intérpretes de Expiación que, con su papel, optó a la estatuilla de Hollywood a la mejor actriz secundaria. Vale la pena seguir la pista de esta joven neoyorkina, que tiene pendientes de estreno para el próximo año trabajos con Neil Jordan y Andrew Niccol (en este caso, la adaptación al cine de la novela The Host, escrita por Stephenie Meyer, autora de la saga de Crepúsculo). Completan el reparto Eric Bana -a quien recordamos en Munich de Steven Spielberg o Black Hawk derribado de Ridley Scott- y Cate Blanchett, la camaleónica actriz capaz de dar vida a Katherine Hepburn en El aviador o a la reina Isabel I en Elizabeth y que ha participado en films tan destacados como Babel o El curioso caso de Benjamin Button.

No hay comentarios: