martes, 10 de mayo de 2011

AGUA PARA ELEFANTES (Water for Elephants)



El realizador de origen austriaco Francis Lawrence había construido hasta ahora su carrera profesional en torno a la música y al cine de acción. Responsable de algunos videoclips de artistas como Jennifer López, Green Day o Britney Spears, había dirigido para la gran pantalla la cinta Constantine, una mezcla de género fantástico, drama y acción protagonizada por Keanu Reeves y Rachel Weisz y Soy leyenda, su película más taquillera hasta la fecha y en la que contaba con Will Smith al frente del reparto. Por ello, sorprende sobremanera que hayan elegido a este joven cineasta para trasladar al cine Agua para elefantes, drama romántico con aspiraciones de convertirse en un emotivo relato épico cargado de sensibilidad. Aparentemente, Lawrence no daba el perfil adecuado, por más que el proyecto contase con la participación de Richard LaGravenese -guionista de El rey pescador, Los puentes de Madison o El hombre que susurraba a los caballos- para encargarse de la adaptación de la exitosa novela del mismo nombre.
Cuenta la historia de un estudiante de veterinaria al que una tragedia de tipo personal le aboca a convertirse en cuidador de animales de un circo, donde termina enamorándose de la joven esposa del propietario del negocio. Tanto la temática como la realización ponen de manifiesto unas elevadas expectativas que no han terminado de culminar con éxito. A pesar de su correcta ambientación, la narración resulta un tanto aburrida y también peca de cierta simpleza en la dirección, lo que lastra el resultado final en lo que ritmo se refiere. Promete un romanticismo que a la postre termina por defraudar y, al ser esa su principal baza, tan sólo resta acogerse a una corrección formal y ambiental que, siendo buena, no es suficiente para sostener todo un largometraje. Llama la atención que la propia banda sonora de James Newton Howard aporte más sentimiento al conjunto que cualquiera de las escenas que comparten sus protagonistas. En resumen, el atractivo de la pareja sentimental unido a los aspectos formales del film son las únicas bazas para sostener un título al que se le presuponían más argumentos para enganchar al espectador.
El equipo artístico está encabezado por Reese Witherspoon, ganadora de un Oscar a la mejor actriz principal por su papel en En la cuerda floja y que debutó de la mano del maestro Robert Mulligan siendo apenas una niña en la deliciosa Verano en Louisiana, donde manifestaba una calidad interpretativa que a posteriori muestra con cuentagotas. Está acompañada por Christoph Waltz, quien también posee una estatuilla al mejor actor secundario por su interpretación en Malditos bastardos de Quentin Tarantino y por un Robert Pattinson que, si bien hasta ahora se había movido con soltura en las diferentes entregas de la saga Crespúsculo, refleja más de una carencia cuando asume proyectos ambiciosos de mayor complejidad.

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