viernes, 4 de marzo de 2011

LOS CHICOS ESTÁN BIEN (The Kids Are All Right)


La comedia es un género cinematográfico complejo. Siempre se ha considerado que tanto críticos como asociaciones y festivales que entregan los galardones más prestigiosos del séptimo arte minusvaloran esta modalidad. Lo normal es que triunfen los dramas y las historias intensas y desgarradoras. En general, la habilidad para hacer reír se considera una manifestación artística menor. A lo anterior se ha añadido un problema aún mayor, que es el notable descenso de calidad de este tipo producciones. Si miramos al pasado, pasan por nuestra mente no pocos profesionales que han llevado a la comedia a lo más alto, desde Woody Allen a Billy Wilder pasando por Buster Keaton, entre otros muchos. Hoy en día escasean los realizadores que se dedican, y no en exclusiva, a rodar películas de humor. Dejando a un lado el cine de animación, destinado a un público preferentemente infantil aunque el resto de espectadores también lo disfruten, donde destacan las cintas de la factoría Pixar, la comedia norteamericana exclusivamente para adultos está atravesando una severa crisis. Los últimos títulos realmente divertidos, brillantes y recomendables que alcanzo a recordar son Entre copas y Up in the Air, que constituyen dos pequeños oasis en un desierto cada vez más extenso. Para colmo, al profundizar en ellas, emerge un trasfondo dramático que, aunque desvirtúa en cierta medida el género al que pertenecen, les ayuda a convertirse en obras redondas.
Los chicos están bien ha ganado merecidamente el Globo de Oro a la mejor comedia del año y ha sido la mejor muestra de este estilo en la industria estadounidense del 2010. Cuenta con algunas escenas graciosas y, sobre todo, con personajes que revisten interés y que están estupendamente interpretados por un elenco de actores de calidad. Sin embargo, dista mucho de ser un producto brillante, puesto que le sobran la reiteración y la simplicidad de sus gags y le faltan unos diálogos más audaces e interesantes. Si utilizamos el equivalente a las calificaciones escolares está bien, quizá hasta roce la cotas más bajas del notable, pero ni de lejos se acerca al sobresaliente. Aun así, le ha bastado para alzarse con el principal galardón de su género, no tanto por sus propios méritos como por la escasa calidad de sus competidores. Conviene recordar que disputaba el premio con la pésima El turista de Angelina Jolie y Johnny Depp o con la mediocre Red de Bruce Willis, de modo que la justicia en la entrega de tal reconocimiento debería invitar a la reflexión. Personalmente, y tratándose de otra reciente comedia en estado puro, he disfrutado mucho más viendo el largometraje francés Los seductores. De hecho, en años anteriores, otros ejemplos de la cinematografía europea como Amélie o Love Actually han demostrado sobradamente que son capaces, si hablamos de comicidad, de recoger el testigo norteamericano en cuanto a frescura y originalidad
Lo mejor del film estriba en las magníficas interpretaciones de su equipo artístico. Annette Bening y Julianne Moore firman sendos trabajos muy dignos, circunstancia, por otra parte, habitual en toda su filmografía. Asimismo, Mark Ruffalo continúa demostrando su buen nivel como actor y va ampliando su currículum con varias propuestas interesantes. También figura en el reparto la joven Mia Wasikowska, a quien vimos protagonizando la versión de Alicia en el país de las maravillas a las órdenes del peculiar realizador Tim Burton.

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