miércoles, 27 de mayo de 2009

NOCHE EN EL MUSEO 2

Chris Columbus, guionista, productor y director norteamericano, representa al cineasta especializado por excelencia en cine infantil y juvenil. Firmó los guiones de Gremlins, Los Goonies y El secreto de la pirámide. Realizó grandes éxitos de taquilla como Solo en casa o la primera y segunda partes de la saga de Harry Potter, junto a varias cintas que sirvieron de vehículo para explotar la vis más cómica del actor Robin Williams -Sra. Doubtfire y El hombre bicentenario-. En labores de producción, además de encargarse de las películas dirigidas por él mismo, es el responsable tanto de Noche en el museo como de su secuela. Su filmografía se centra en productos de gran aceptación por parte de un público muy joven y se encuadran en el apartado de entretenimiento menor, excepción hecha de los largometrajes del joven mago británico creado por la escritora J.K. Rowling, cuya calidad es netamente superior. En todo caso, Columbus ha logrado encandilar a una generación muy concreta que disfrutó de sus filmes a una edad en la que no se es demasiado exigente a la hora de soltar la carcajada. Por su parte, Shawn Levy, que ya tenía experiencia previa en las comedias (Recién casados, Doce en casa, las dos últimas Panteras Rosas de Steve Martin) ha asumido la dirección de ambas Noches en el museo.
La primera de ellas se estrenó en el año 2006 y mostraba las desventuras del vigilante nocturno de un museo que veía cómo cada noche las figuras exhibidas en las salas de exposición cobraban vida y le colocaban ante situaciones muy delirantes. Teniendo en cuenta que, con un presupuesto de apenas cien millones de dólares se recaudaron quinientos setenta y cinco, el éxito puede considerarse muy relevante, razón más que suficiente para repetir la fórmula al cabo de tres años. Con una trama similar en la que únicamente varía la ubicación del museo que, en esta ocasión se sitúa en Washington, tanto los personajes como el hilo conductor de la historia son una reiteración de su antecesora, de modo que se malogra su principal baza: la originalidad de la propuesta. Por lo tanto, Noche en el museo 2 no deja de ser un producto agotado cuya pretensión es que los espectadores que ya disfrutaron antes acudan a ver más de lo mismo. Y no parece una pretensión tan descabellada si se tiene en cuenta que, en el fin de semana de su estreno en Estados Unidos, alcanzó el puesto de honor de la taquilla –cincuenta y tres millones de dólares en tres días-, con el mérito añadido de haber coincidido con la llegada a las salas anglosajonas del último proyecto que integra la saga de Terminator.
Ben Stiller, famosísimo cómico norteamericano forjado en el medio televisivo, repite como protagonista. Su trayectoria como intérprete se ha desarrollado preferentemente en el humor - Dúplex, Los padres de ella y su continuación, Cuestión de pelotas, Matrimonio compulsivo- aunque haya intervenido con pequeños cameos en algún drama como El imperio del sol de Steven Spielberg. De sus incursiones en el terreno de la realización merece destacarse la muy interesante Reality Bites (1994). Le acompaña en el reparto la joven Amy Adams, recientemente nominada al Oscar a la mejor actriz secundaria por su papel de La duda.

viernes, 22 de mayo de 2009

ÁNGELES Y DEMONIOS

El cineasta norteamericano Ron Howard comenzó su carrera profesional en el campo de la interpretación, pasión heredada de sus padres, actores ambos tanto de cine como de televisión. Participó en algunas series muy populares como Bonanza, M.A.S.H. y Saturday Night Live y en la gran pantalla también intervino en pequeños papeles - American Graffiti-. Sin embargo, la fama le llegó al dar el salto a la dirección. En esta faceta ha demostrado saber evitar los encasillamientos y probar la práctica mayoría de los géneros cinematográficos. Ha rodado comedias (Un, dos, tres… Splash, Dulce hogar… a veces), aventuras (Willow), thriller (Llamaradas) y hasta cine infantil (El Grinch). Coqueteó incluso con el western (Un horizonte muy lejano) pero ha sido el drama el género que le ha reportado mayores reconocimientos. Años después de rodar Apolo 13, obtuvo los Oscar a mejor director y productor por Una mente maravillosa y, en la última edición de los premios de la Academia de Hollywood, fue nominado en idénticas categorías por la cinta Frost/Nixon. Por lo tanto, aunque no toda su filmografía mantiene el mismo nivel de calidad, puede enorgullecerse de contar con muy buenos títulos entre sus largometrajes.
Howard, en su afán de huir de las etiquetas, siempre había presumido de no repetir con ningún personaje y de no filmar ninguna secuela, fiel a esa pretensión de no encasillarse y buscando siempre proyectos originales y diferentes. Sin embargo, ahora presenta la segunda parte de El código Da Vinci y, para justificar la incoherencia con su anterior discurso, ha afirmado que este film no comparte similitudes con su precuela debido al mayor ritmo de su metraje. No obstante, los más de setecientos cincuenta millones de dólares que recaudó la adaptación de la novela de Dan Brown parecen alzarse como la verdadera motivación de ese cambio en sus normas de actuación.
Ciertamente, Ángeles y Demonios posee una dosis superior de acción y un ritmo más frenético que su antecesora y, quienes prefieran un tipo de cine basado en un ritmo visual sin descanso, saldrán razonablemente satisfechos tras la proyección. La trama se centra en cómo evitar cuatro asesinatos y la explosión de una bomba que se producirán consecutivamente entre las ocho de la tarde y la medianoche e inyecta a la narración una rapidez agotadora, aunque no por ello meritoria. Los numerosos admiradores de la ciudad de Roma, un escenario de auténtico lujo, también disfrutarán con el recorrido por buena parte de sus monumentos más emblemáticos.
Desafortunadamente la historia, amén de poco creíble (característica no imprescindible en determinados géneros cinematográficos pero sí en otros, como es este caso) está salpicada de diálogos pobres y discursos absurdos. El dado por el personaje interpretado por Ewan McGregor al interrumpir el cónclave de elección del futuro Papa en el Colegio Cardenalicio es una buena prueba de ello. Quien no haya leído previamente la obra ignorará si todos esos defectos son una herencia del propio best-seller o son producto de una adaptación discutible pero, en todo caso, Ángeles y Demonios no deja de resultar un thriller menor.
El protagonista principal es nuevamente el solvente actor norteamericano Tom Hanks, ganador de dos estatuillas doradas por sus papeles en Philadelphia y Forrest Gump y que recientemente encabezó el reparto de la muy recomendable La guerra de Charlie Wilson. Su innegable tirón popular constituye una de las claves del éxito de este film. La desconocida actriz israelí Ayelet Zurer, que participó en Munich de Steven Spielberg, da vida al personaje femenino.

lunes, 18 de mayo de 2009

STAR TRECK 2009

Existen fundamentalmente tres razones por las que se realizan a partir de una película inicial secuelas o continuaciones de la misma. La primera se explica porque, con el largometraje de partida, la historia prevista no acaba de ser contada. Este caso suele darse cuando se lleva a la gran pantalla una obra literaria tan extensa que precisa de varias cintas para abarcar toda la trama. La segunda tiene lugar al descubrir que, aunque en principio se ideó para una sola entrega, se le puede sacar más jugo a esa historia que cuenta. La tercera nace de una mezcla entre falta de originalidad y ansia por exprimir antiguos éxitos de taquilla, que empuja a las productoras a financiar nuevos proyectos con motivaciones que trascienden al mero arte cinematográfico para encuadrarse exclusivamente en razones económicas.
Resulta complejo analizar en cuál de los anteriores apartados encaja Star Trek 2009, integrante de una de las sagas más longevas de la ciencia-ficción y compuesta por once títulos estrenados en la gran pantalla que se añaden a numerosas incursiones televisivas. Evidentemente, hay que reconocerle una considerable aceptación popular, aunque sin alcanzar nunca un éxito de taquilla espectacular. De hecho, en Estados Unidos tan sólo uno de esos once filmes recaudó más de cien millones de dólares (en concreto, Star Trek IV), por lo que sus cifras no son comparables con las de su gran rival Star Wars, que sí ha colocado todos sus episodios entre los más taquilleros de la historia del séptimo arte. Por lo tanto, si los ingresos económicos no son su mejor arma, la insistencia en estrenar nuevas aventuras estribaría en considerar que esta historia aún no está agotada y sigue encandilando a un colectivo de fans fiel aunque no excesivo. Sin embargo, tras esta última entrega, es el tercer apartado de la citada clasificación el que obtiene más papeletas para su elección.
J.J. Abrams, productor, guionista y director de famosas series de la pequeña pantalla como Felicity, Perdidos, Alias o Fringe, dio hace años el salto a las salas de proyección precisamente gracias a otra saga, cuando asumió la dirección de Misión imposible III, cinta que, a pesar de su correctísima realización y de algunas escenas con unos efectos especiales más que meritorios, no alcanzó el nivel de la primera Misión imposible dirigida por el maestro Brian de Palma. Star Trek 2009 pretende reflejar los orígenes de sus dos personajes más emblemáticos -James T. Kirk y Spock- desde la niñez hasta sus inicios en la legendaria nave Enterprise. No obstante, la manifestación de la personalidad rebelde del joven Kirk se antoja mediocre y la acción no acaba de resultar totalmente lograda, ya que deriva más de una acelerada narración que de una intensidad de la trama. Aún así, no es descartable que agrade a los incondicionales de esta serie galáctica y que, ocasionalmente, consiga entretener a los espectadores.
Sus intérpretes principales son los desconocidos Chris Pine y Zachary Quinto. Pine, además de algunas incursiones en episodios de series como Urgencias o El guardián, intervino en Princesa por sorpresa 2. Quinto procede también de la pequeña pantalla (24, Héroes). Eric Bana (Hulk, Troya, Munich) completa un reparto que ha dado cabida a los actores clásicos de la saga, concretamente al más popular de todos ellos, Leonard Nimoy, que vuelve a encarnar a Mr. Spock en una pequeña aparición que se justifica merced a un viaje en el tiempo desde su juventud hasta su vejez.

miércoles, 6 de mayo de 2009

X MEN ORIGENES: LOBEZNO

En el año 2000 comenzó en la gran pantalla la saga de X-Men. Siguiendo la estela de otras exitosas adaptaciones de héroes del cómic que habían triunfado en las taquillas de forma contundente, las aventuras de los mutantes debutaron comparativamente de manera discreta. Aún así, no dejaba de ser una superproducción que basaba todo su potencial en la espectacularidad de sus escenas y en el gancho heredado de unos personajes muy consolidados en el mundo de las viñetas. Por ello, sorprendió el enorme salto cualitativo manifestado en su segunda parte, a todas luces superior a su predecesora en todos y cada uno de los aspectos cinematográficos. En la tercera entrega se produjo un cambio de director y del eficaz Brian Singer (responsable de la sensacional Sospechosos habituales) se pasó al difuso Brett Ratner, capaz de firmar cintas tan prescindibles como Hora punta y Hora punta 2 (ambas al servicio del agotador Jackie Chan) como de asumir la precuela de El silencio de los corderos, Dragón rojo, que, sin lograr la brillantez de la oscarizadísima película de 1991, no desentonó en cuanto al resultado final. En todo caso, aquella tercera parte resultó lo suficientemente interesante como para que los productores decidieran seguir invirtiendo en la misma trama.
Para la actual historia se ha decidido rebuscar en los orígenes de Lobezno, uno de los personajes más emblemáticos de la serie. El encargo de este proyecto ha recaído en el desconocido realizador sudafricano Gavin Hood, que en 2005 ganó el Oscar al mejor film de habla no inglesa con el largometraje Tsotsi y que, posteriormente, estrenó El expediente Anwar, film protagonizado por Reese Witherspoon y Jake Gyllenhaal centrado en los secuestros y torturas de la C.I.A. después de los atentados del 11-S. Sorprende que tras este currículum se esconda un cineasta que comenzó su carrera interpretando pequeños papeles en algunos productos al servicio de las artes marciales como Operación Delta Force 3 o Kickboxer 5.
Orígenes: Lobezno se sitúa en el tiempo varias décadas antes que X-Men y explica los inicios de este curioso personaje cuya relación sentimental con Kayla Silverfox y su trágico desenlace marcan su destino, empujándole a ingresar en el programa “Arma X”, experimento militar secreto que le permitirá conocer a otros mutantes. Esta producción gustará a los amantes del cómic en general y de los Hombres-X en particular, ya que combina con destreza la acción en estado puro con la evolución de los personajes, resultando de visión entretenida y presentando una correcta realización.
El protagonista absoluto es el popular actor australiano Hugh Jackman, presentador de la última gala de entrega de los premios de la Academia de Hollywood y actual número uno de las listas de los hombres más atractivos del planeta. Conviene recordar que Jackman no es un recién llegado a la industria del séptimo arte, como lo demuestra una filmografía que incluye trabajos como Operación Swordfish, Van Helsing o Australia. Le acompañan en el reparto dos intérpretes con un prometedor futuro profesional aunque, a día de hoy, más conocidos mediáticamente por sus respectivos matrimonios. Son el norteamericano Liev Schreiber, esposo de Naomi Watts, que ha participado en El velo pintado, La conspiración del miedo y la última versión de La profecía y el canadiense Ryan Reynolds, marido de Scarlett Johansson y protagonista de Blade Trinity y Definitivamente, quizás.