viernes, 12 de septiembre de 2008

CHE: EL ARGENTINO

Durante el rodaje de su excelente film Traffic, Benicio del Toro le propuso al director Steven Soderbergh la realización de una película sobre Ernesto “Che” Guevara, una de las figuras más controvertidas del siglo XX. El interés del actor puertorriqueño por sacar adelante ese proyecto era tal que él mismo asumió las labores de producción y, tras varios años de trabajo, se han obtenido cuatro horas largas de metraje en torno a la vida de este singular guerrillero argentino. La imposibilidad de estrenar un film de tal duración desde el punto de vista comercial ha obligado a fraccionar el material para convertirlo en dos cintas, la primera de las cuales es la que llega ahora a las pantallas. Este bloque discurre desde el día en que el protagonista conoce a Fidel Castro hasta el momento de la entrada triunfal en La Habana en 1959. El segundo, con el título original de Guerrilla, cuenta el resto de la historia y todavía no tiene fecha prevista de estreno.
Soderbergh, realizador norteamericano de enorme solvencia, consiguió con la citada Traffic (2000) el Oscar al mejor director y en su filmografía destacan las interesantes Solaris o Sexo, mentiras y cintas de video, con la que ya ganó la Palma de Oro en el Festival de Cannes en 1989. Además, bajo el seudónimo de Peter Andrews, ejerce como notable director de fotografía y, gracias a su faceta de productor, se han rodado algunos largometrajes como Michael Clayton, Syriana o Buenas noches y buena suerte. Por lo tanto, sus aptitudes para hacerse cargo de un desafío tan complejo como el que nos ocupa están fuera de toda duda.
No obstante, y puesto que la idea original parte de la admiración personal que Del Toro le profesa al icono revolucionario y que el guión se basa en anotaciones que dejó escritas el propio Guevara, la imagen que proyecta el film está completamente desprovista de crítica alguna y resulta claramente idealizada, de modo que posiblemente desagrade a los detractores del comandante. Pero, dejando a un lado las polémicas históricas, es tan obvio que estamos ante una buena película como que no lo estamos ante un documental –formato al que se debe exigir un nivel de aproximación a la realidad mucho más elevado que a la pura ficción cinematográfica-.
Una realización correcta, unida a una magnífica interpretación y a una inteligente presentación visual a través de la hábil utilización del blanco y negro y del color logran mantener un grado de intensidad que no se alcanzaría de otro modo, reconociendo que sus más de dos horas y cuarto de continuas luchas guerrilleras en la selva se antojan un tanto pesadas.
Dentro del extenso equipo artístico destaca sobremanera Benicio del Toro, que ya ha ganado con esta interpretación la Palma de Oro del último Festival de Cannes. Este galardón se añade a la estatuilla de Hollywood al mejor actor secundario por Traffic junto a otra nominación por su extraordinario papel en 21 gramos. Igualmente meritorias son sus participaciones en Sospechosos habituales y Sin City, dado que su extraordinaria presencia y la fuerza especial con la que dota a todos sus personajes le convierten en referente interpretativo de las dos últimas décadas.

1 comentario:

Gerardo Pérez Sánchez dijo...
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